El éxito de DiverXO no está en su cocina

El otro día vi el primer capítulo de la serie documental que protagoniza Dabiz Muñoz, uno de los chefs de moda en el panorama nacional. No soy ningún experto en cocina, pero a mi entender, parece que cada chef que llega a ser famoso lo es por la marca personal que desarrolla y no por el fundamento de sus platos.

Todos conocemos a varios cocineros famosos. Cada uno de ellos está posicionado en un área (Las 9 reglas del «Long Tail»). Arguiñano es el cocinero gracioso, que cuenta chistes. El cocinero de andar por casa que lleva toda la vida en la TV. Por otro lado tenemos a Ferrán Adriá y Martín Berasategui, cocineros que destacan por haber sido grandes pioneros en el uso de nuevas técnicas culinarias y por haber protagonizado anuncios de cuajadas y demás. También tenemos a Chicote. El Risto Mejide de la cocina. Salto al estrellato por su forma de criticar a los demás. Es el Gordon Ramsay (Pesadilla en la cocina) español.

Por poner un ejemplo más, quiero mencionar a los 3 miembros del jurado de MasterChef. Los 3 han alcanzado la fama gracias al programa y ahora protagonizan anuncios de TV. Jordi Cruz (Bicentury), Pepe Rodriguez (Pastas Gallo) y Samantha Vallejo-Nájera (Florette).

Podría dar muchos más ejemplos, pero en este artículo quiero centrarme en Dabiz Muñoz. Su apariencia llama mucho la atención. Prácticamente todos los cocineros tienen una imagen clásica… excepto Dabiz Muñoz.

Es difícil describir el look de Dabiz, pero podríamos decir que es un rebelde, transgresor, macarra… Indudablemente para alcanzar la fama hay que ser un gran cocinero pero, ¿Cuántos grandes cocineros con alguna Estrella Michelín nunca llega a la fama? La mayoría.

Las estrellas nacen a finales de los años 20 y se fueron desarrollando gradualmente hasta comienzos de los años 30. Las definiciones de estas se introdujeron en 1936 y hoy en día aún se mantienen:

  • Tres estrellas indican una cocina excepcional que justifica de por sí el viaje.
  • Dos estrellas señalan calidad de primera clase en su tipo de cocina.
  • Una estrella designa un restaurante muy bueno en su categoría.

Tener una o más estrellas de la Guía Michelin supone que un restaurante no sólo es uno de los mejores de su país, sino que también es uno de los mejores en el mundo. En la actualidad cerca de 2.000 restaurantes de todos los países que cubre la guía tienen estrellas, lo que supone que hay un nivel muy competitivo en el mundo de la gastronomía.

Vale. Dabiz Muñoz tiene 3 Estrellas Michelin pero ¿Es por eso famoso? No! Como he comentado, su marca personal es inconfundible. La clave para destacar no es ser mejor que los demás, sino ser diferente. Dabiz Muñoz lo es.

Refiriendome ya al tema principal de este post, me gustaría hablar de DiverXO. Me encantó el concepto de marketing tan potente que tiene este restaurante. Si que es cierto que no me gustó la actitud que tenía Dabiz con sus empleados. En muchas ocasiones parecía más una dictadura que un trabajo en equipo.

El éxito de DiverXO, además de por tener a Dabiz como líder, radica en su concepto de marketing. La gente va a los restaurantes a comer. Un tipo de comida u otro, una calidad u otra… pero a comer. En DiverXO la gente va a pasárselo bien. A vivir la experiencia.

Según cuenta el propio Dabiz en el documental, ir a comer a DiverXO supone estar allí unas 3 horas. Los camareros (muy profesionales) se acercan a las mesas y van obsequiando a los comensales con platos muy especiales mientras les explican qué están comiendo e incluso como deben comerlo.

Ir a comer a DiverXO (u otro restaurante de ese nivel) es de esas cosas que a la mayoría de personas querría hacer una vez en la vida. ¿Por la comida? Seguro que sí, pero sobre todo por la experiencia que se vive en esos lugares.

Otro pilar fundamental de DiverXO, además de explotar una muy interesante estrategia de marketing, es la innovación. El propio Dabiz Muñoz viaja por todo el mundo buscando nuevas recetas, especias… para crear nuevas obras de arte. La innovación es un elemento clave para mejorar en cualquier ámbito de la vida. Muchas empresas cuando alcanzan el éxito creen que pueden seguir haciendo siempre lo mismo y se olvidan de buscar nuevas recetas y sabores sobre cómo realizar su actividad empresarial.



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3 respuestas

  1. A mi también ,me parce una explotación lo que hace con la gente en prácticas, los explota trabajando 16 horas diarias , no pueden apenas comer y los trata fatal. Así consugue que se vayan y de nuevo hacen lo mismo con los siguientes. Me parece una explotación y una forma de no pagar a los cocineros.

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    • Bueno, puede que estén «explotados» sus becarios, pero seguro que la experiencia de trabajar en DiverXO les es de gran ayuda en su futuro profesional.

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      • Coincido en todo lo expuesto, Sergio. David Muñoz ha sabido marcar una diferencia en un sector consolidado. También sumado, en mi opinión, a las tendencias y modas de la sociedad tras el avance tecnológico, revolución de las redes sociales y los smartphones con la busqueda constante de sentirse »exclusivo».

        No obstante, no coincido en la respuesta que le ha dado a Luisa. No se habla mucho de los empleados de DiverXO, pero justificar horarios que superan las 13 horas de trabajo con eso de la experiencia y el futuro profesional por trabajar en X lugar, es algo que ya deberíamos haber superado. Hace ya años que las empresas han adoptado actitudes muy diferentes hacia sus empleados, que la figura del jefe ha pasado a ser la de un líder de equipo y que ser exigente no ha de ir unido necesariamente a no disponer de buenas condiciones laborales. Los que nos movemos en este ámbito, sabemos que las condiciones laborales (a parte de ser algo que hace a la empresa más fuerte), también es una forma de darle un »marketing positivo». La filosofía empresarial moderna, sabe que el empleado es un pilar en el que se sostiene toda la organización. Que a estos hay que motivarles a que den el 150% de si mismos.

        Esto no ocurre en DiverXO. Los empleados están allí simplemente para echar horas. No digo que pasado el tiempo no den oportunidades de promoción interna, pero si la explotación llega al punto de que solo vean el momento de marcharse, no lo estas haciendo muy bien ni como líder, ni como empresa. Hay que dejar de justificar estas conductas.

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